10 noviembre 2006

“La dama monolítica", de la serie: “Combate a la simpleza sonora”

Se había ofrecido como Suma humanidad y quedo paralitica de los sentidos: monolítica. Todo había acabado para el antes conocido como ser humano, los últimos atentados llevados a cabo por la organización inmóvil / simplista conocida como los esperpénticos, habían hecho saltar todos los resortes de su movilidad y cualquier atisbo de interacción humana. Todo comenzaba de nuevo, había que resetear y cualquier foco de ignición que incite movimiento sería bien venido al mundo de los seres a secas, hay quien se había atrevido ya, incluso, a manufacturar por el noble oficio del “arte horizontal”, como espora primigenia de movimiento (oficio que llegaría al cúlmen pictórico mediante verdaderos artistas dominadores de la expresión y el cubo, de la nueva era, como Beck, Picá o Modí)... - un tipo raro y de mirada extraña ese Hemingway, parecía recién arrojado de la irrealidad -... - no había aprendido a hacer daño, tenía escrúpulos -...
D. Quijote Trasterrado

4 Comentarios:

Anonymous Anónimo said...

Monolizado reconozco ser un protagonista de sus desfiguraciones armónicas. Ahora y no antes me habla usted de los escrúpulos y el daño. Aliméntenos, háganos fluir armónicamente en el destino desfigurado que su pincel prevea para nosotros. Esperare nuevas ordenes hundido en una eterna horizontalidad. Gracias maestro.
ElGranHoudini

10 noviembre, 2006  
Anonymous Anónimo said...

La alusión es solo protagonismo.

Saludos mago.

11 noviembre, 2006  
Anonymous Anónimo said...

Sugerente, lleno de relatos incluidos en historias, y de cabos atrapados en la bahía que sin quererlo forman. La cordura pende de un hilo, se puede estar de vuelta de la irrealidad cuantas veces dicte la inmovilidad. Saludos varios

13 noviembre, 2006  
Anonymous Anónimo said...

entiendan que...

La inmovilidad pictórica no representa seres físicos individuales, ni momentos puntuales,... sino la sintomatología extrema del total de unos seres, que vistos desde otra esfera, se encuentran sumergidos en una movilidad absurda (un rebote absurdo); representa la fricción inevitable en la que en cada roce, ser a ser, se pierden aproximadamente 1,5 escrúpulos entre la ida y la huida (conciente e inconcientemente), paralizando sentidos y articulaciones, desfigurándonos, dejándonos a secas...

Contra la inmovilidad, la movilidad que asciende por la ejecución de un noble oficio que tenga como resultado el intento de buscar alguna forma, línea, palabra o sonido que emocione, el sumo amor, no es virtud, sino la ejecución más digna para escapar de nosostros mismos, es magia a la decadencia, burlar poéticamente esta “dulce broma de un dios”.

..aqui un hombre inmovil, desfigurado y a secas y su parte irreal o no inmovilizada que se haya al borde del suicidio emocional por permancer aún movil y con sentido en esta esperpentica realidad, mi querido Hemingway que no se fia ni de las puertas.

adioses.

13 noviembre, 2006  

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