13 enero 2006

"La torre y el mercado"

Lejos, muy lejos, desde atalaya de enfermo o desde palacio al zoco los veo comerciar tumultuosos con diminutos relojes de arena. Al faro, con fuerte olor a mar y azul, llegan los hirientes colores que empequeñecidos tientan en racimos maduros. La sal cubre mi cuerpo y lo protege de brotar y respirar. Miro desde el catalejo la marea de este mercado y envidio cada semilla que los jardineros compran.

La torre es segura, azul, acolchada, sabia... pero el mercado...¡si pudierais ver el mercado!! Imposibles vericuetos con gentes en ríos como hormigas inconscientes de su pleno papel de cotidianeidad. Los sentidos casi duelen de tanto olor, de tanto color, de tantos gritos y hasta un encantador de serpientes con su flauta suave. Tanto, que la sangre se pierde y estalla agolpada en cualquier rincón sin viento de las venas. Todo es tan real que puedes ver cómo los pescados se pudren al final del día y destilar una pestilente sidra goteando de los cestos de las frutas.

Vuelves con los pies sucios y las manos pintadas con flores a trepar a gatas por la escalera de caracol hasta arriba de la torre. Subes sin mirarte, sin pararte, hasta descansar sobre la limpísima colcha azul, porque ya no puedes más. Aprendes a zurcir y repasar cada sabor de higo morado como otra boca, el picor del sol sobre la cara, el bálsamo de los gusanos de seda, la espiral de los ojos de la serpiente, los gritos de las vendedoras y el secreto del hombre que pide limosna.
Orlando

6 Comentarios:

Anonymous Anónimo said...

al fin prosa, prosa tranquila y sencilla, evocadora e imaginativa. Felicidades Orlando

15 enero, 2006  
Anonymous Anónimo said...

me uno a los comentarios, prosa dulce, con continente y contenido.precioso.

cuando mas?

adios

16 enero, 2006  
Anonymous Anónimo said...

No es prosa, es una caricia

16 enero, 2006  
Anonymous Anónimo said...

Se ve, se huele, se mastica, se toca...un impulso para mis sentidos dormidos...Gracias Orlando. Besos.
Nota: ¿Que más se ve desde tu torre?.

16 enero, 2006  
Anonymous Anónimo said...

del otro lado está el mar y si te fijas bien bien, se ven los destellos de algunas escafandras perdidas por el fondo

17 enero, 2006  
Anonymous Anónimo said...

ole! si aun tienes el duende atalo y amordazalo, que vamos a pedir rescate.

17 enero, 2006  

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