01 junio 2006

"Desarraigo"

En el fulgor de la lucha,
con mis fuerzas casi extintas,
noté el frío de tu acero,
invitándome al destierro.

Miré al infinito, no sin dificultad,
me recosté en el frío suelo,
respiré empujado por mi tristeza,
y en silencio lloré como un perdedor.

Anocheció donde quedaba algo de luz,
Repudié a mi esperanza en la hierba,
perdí mi única batalla de hace tiempo,
contemplé mi yo final cara a cara.

Despreciable como el color de la sangre,
artesano de la desgracia y la herida,
enemigo de la sonrisa femenina,
reo en soledad condenado
al dulce elixir del eterno desarraigo.

- a mi dama, que supo vestir su armadura a tiempo...
eternamente agradecido.-

El plañidero vilipendioso