28 junio 2006

"El baile de la mujer barbuda"

Suena la fanfarria. La mujer barbuda baila contando de reojo las polillas que danzan y se estrellan contra las bombillas que cuelgan de los Ombús sobre sus cabezas. Desde que el hombre forzudo la había abandonado nunca volvió a disfrutar un baile. Nadie le volvió a hacer sentir al llevarla esa falta de aire que siempre confundía con el amor.

ElGranHoudini

23 junio 2006

"Un poema para mañana"

“Un poema para mañana” te dije
Como si de la panera se sacaran
Como si yo tuviera siquiera,
bolsa de pan colgada
Que desprecio demostré!
Y tú! al aceptar mi grosería
de tratar al verso no escrito
como si fuera frase manida
Pero no me sirvió de revulsivo?
No fue acaso motivo de rima?
Aún cuando la chispa
fue bajo inspiración vacía?
No es la larga página negra,
Desahogo nuestro
Amor mutuo
cima del genio privado?
Pese a todas las ansiedades juntas
mierda pura en las venas
sesiones de insomnio comentado
quiero que valga la pena
Quiero que quede claro
y gritado en texto escrito:
Que amo
Que soy amado
Que me muero en mares de miseria
Que los duendes me buscan
Y en vosotros me encuentran

A la comunidad batiscafiana, buzos y demás seres del Ideario.

Kike

20 junio 2006

Siempre...

Me quito las costras
regreso a la vida
y grito,
aun cuando no pasan
los trenes que olvidas.


Chissssssssssssss

14 junio 2006

(Tu nombre es el último verso)

I die in fire because of your skin
And as wild force is the wind
as I desire you,

Kike

09 junio 2006

"Donde estés"

Tu olor desapareció aquel día de verano, de repente, sin previo aviso, sin
que tuviera una despedida preparada.

Me sentí sola en el mundo, arrasada, derrotada, vacía. No he
vuelto a sentir tanto el dolor.

Nadie ha podido reemplazar ese olor, añorado, querido,
llorado. ¿Cuántas lágrimas ha podido arrancar?

Sin embargo, dondequiera que esté, agradezco que a veces, se

acerque a mi alma para devolverme parte de lo que fui.

Una mujer con sombrero

01 junio 2006

"Desarraigo"

En el fulgor de la lucha,
con mis fuerzas casi extintas,
noté el frío de tu acero,
invitándome al destierro.

Miré al infinito, no sin dificultad,
me recosté en el frío suelo,
respiré empujado por mi tristeza,
y en silencio lloré como un perdedor.

Anocheció donde quedaba algo de luz,
Repudié a mi esperanza en la hierba,
perdí mi única batalla de hace tiempo,
contemplé mi yo final cara a cara.

Despreciable como el color de la sangre,
artesano de la desgracia y la herida,
enemigo de la sonrisa femenina,
reo en soledad condenado
al dulce elixir del eterno desarraigo.

- a mi dama, que supo vestir su armadura a tiempo...
eternamente agradecido.-

El plañidero vilipendioso